El Aceite de Oliva Virgen Extra es uno de los productos más apreciados en la gastronomía por su sabor, sus propiedades saludables y su versatilidad.
Sin embargo, como cualquier producto natural, su calidad puede verse afectada por factores como la luz, el calor y el aire. Aunque el invierno es una temporada más fresca que el verano, también puede presentar ciertos retos en cuanto al almacenamiento adecuado de tu AOVE.
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A continuación, te ofrecemos una serie de consejos para que puedas disfrutar de un Aceite de Oliva Virgen Extra en su mejor estado durante los meses fríos.
1. Temperatura de almacenamiento: el equilibrio es clave
Uno de los errores más comunes a la hora de almacenar el AOVE en invierno es la exposición a temperaturas extremas, tanto frías como calientes.
En general, el AOVE debe mantenerse a una temperatura constante entre 14°C y 18°C. Si bien el frío de invierno puede hacer que el aceite se solidifique parcialmente, esto no significa que esté dañado. Sin embargo, si se almacena en un lugar demasiado frío, como en un frigorífico o en una bodega helada, el AOVE puede cambiar de textura, volviéndose turbio y sólido.
Por otro lado, las temperaturas superiores a 18°C pueden acelerar el deterioro del aceite, ya que el calor provoca la oxidación y la pérdida de sus propiedades organolépticas. Lo ideal es almacenarlo en un lugar fresco y oscuro, como una despensa o un armario de cocina alejado de fuentes de calor como radiadores o estufas.
2. Evitar la exposición a la luz
La luz, especialmente la luz directa del sol es uno de los principales enemigos del AOVE. La radiación ultravioleta acelera el proceso de oxidación y puede arruinar rápidamente las cualidades del aceite. Por esta razón, es fundamental almacenar el AOVE en envases opacos o en botellas de vidrio oscuro que protejan el contenido de los efectos dañinos de la luz.
Si compras AOVE en grandes cantidades, asegúrate de que la botella esté bien sellada y guardada en un lugar oscuro. Si tu aceite está en una botella transparente, considera transferirlo a una botella opaca o almacenarlo en un lugar donde no reciba luz directa, como una alacena o un armario cerrado. En Aceites Ayozar, todos nuestros envases optimizan la conservación del aceite.
3. Mantenerlo bien sellado
La exposición al aire es otro factor que puede deteriorar la calidad del AOVE. El oxígeno en contacto con el aceite provoca su oxidación, lo que resulta en la pérdida de su sabor fresco y sus propiedades antioxidantes. Asegúrate de que la botella de aceite esté siempre bien cerrada, para minimizar el contacto con el aire.
4. Evitar la humedad
Aunque el invierno es generalmente seco, las zonas con mucha humedad pueden presentar riesgos para la conservación del AOVE. La humedad puede provocar que el aceite entre en contacto con el agua, lo cual favorece la proliferación de bacterias y hongos.
Asegúrate de que el lugar donde almacenes el aceite esté seco y bien ventilado, especialmente si vives en un ambiente con niveles de humedad elevados.
5. No almacenar el AOVE cerca de olores fuertes
El aceite de oliva es muy sensible a los olores fuertes, que puede absorber fácilmente. Por eso, es importante evitar almacenarlo cerca de productos con aromas penetrantes, como especias, detergentes o productos de limpieza.
El contacto con estos olores puede alterar el sabor del aceite, haciendo que pierda sus características organolépticas.
6. Verifica su estado periódicamente
Aunque hayas seguido todas las recomendaciones de almacenamiento, es una buena práctica verificar el estado del AOVE de vez en cuando.
El AOVE de buena calidad, cuando está bien conservado, debería mantenerse fresco y en buen estado durante meses. Si notas que el aceite tiene un olor rancio, un sabor amargo o algo desagradable, es posible que haya sido mal almacenado y esté deteriorado.
7. Considera el tiempo de consumo
El AOVE no tiene una fecha de caducidad estricta, pero su frescura puede disminuir con el tiempo. La recomendación general es consumirlo dentro de los seis meses a un año después de su apertura, siempre que haya sido almacenado adecuadamente. Si tienes varias botellas, trata de consumir primero las que estén abiertas o más cerca de su fecha de producción.
Conclusión
El invierno puede ser una época perfecta para disfrutar de un buen AOVE, siempre y cuando se sigan ciertos cuidados en su almacenamiento. Evitar la exposición a la luz, controlar la temperatura y mantener el aceite bien sellado son pasos esenciales para preservar sus propiedades durante los meses fríos. Recuerda que, al igual que cualquier producto de calidad, el Aceite de Oliva Virgen Extra necesita condiciones adecuadas para mantener su frescura, sabor y beneficios para la salud. Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de tu AOVE de Aceites Ayozar en su mejor estado durante todo el invierno.